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miércoles, 10 de noviembre de 2010

INTELIGENCIA CORPORAL-CINESTÉSICA

A los 11 meses le amputaron las dos piernas. Pero eso no ha sido impedimento para ser uno de los más veloces del mundo. El joven Óscar Pistorius demuestra que cualquier persona puede salir adelante si de verdad se lo propone, con esfuerzo y dedicación. Este atleta a pesar de su discapacidad, ha adquirido una inteligencia Corporal-Cinestésica, ya que es considerado uno de los atletas más rapidos del mundo.

Óscar, el atleta sin piernas



La vida no lo premió a la hora de nacer. Sus piernas crecieron sin peronés, huesos que unen las rodillas con los tobillos. Una malformación lo marcaría para siempre y la posibilidad de caminar era imposible. Tal vez una silla de ruedas sería su mejor aliada. Sin embargo, el surafricano Óscar  , de 21 años, se dio sus mañas y hoy no sólo anda libremente, sino que además es uno de los atletas más veloces del mundo.

Mientras que sus padres Henke y Sheila celebraban el nacimiento de Óscar, el 22 de noviembre de 1986, los médicos de un hospital en Pretoria buscaban la forma menos traumática de decirles que su pequeño hijo había nacido sin peronés ni tobillos. El doctor Gerry Versveld les explicó una dura situación: “lo mejor sería amputarlo de las rodillas para abajo y acostumbrarlo desde bebé a usar las prótesis. De no hacerlo, sus extremidades sufrirían serias deformaciones”.

Once meses después, sus padres tomaron la decisión más difícil de sus vidas: amputarle a su hijo las dos piernas. “Siempre he pensado que la decisión de mis padres fue la adecuada”, confesó Pistorius, hace un tiempo, a los medios.

Su padre, quien dirige una mina de cal en Pretoria, mantiene a su familia con un alto nivel de vida, por lo que nunca ha tenido reparos en comprarle las mejores prótesis de carbono. Cada par cuesta 20.000 euros y desde cuando su hijo cumplió un año —se las cambiaba cada nueve meses—, se las manda a hacer exclusivamente a Ossur, una fábrica islandesa especializada en prótesis.

Óscar se adaptó a sus piernas artificiales y correteaba por su casa. Sin embargo, los primeros tropiezos los tuvo en el colegio, cuando sus compañeros se burlaban de él. Pero, como por providencia divina, Pistorius un día pensó que su salvación para sobresalir y no ser señalado, era ser un gran deportista. No importaba el deporte, pero quería ser alguien popular. Y vaya que lo consiguió.

Comenzó con el waterpolo y luego  pasó a la natación. También jugó fútbol y tenis. Pero un día probó con el rugby y allí se quedó. Era una de las estrellas del equipo y gracias a ello se convirtió en uno de los chicos más famosos de su escuela. Su efectividad en la cancha, unida a sus bellos ojos verdes y a su pelo dorado, lo hicieron sentir ‘normal’. “De hecho, nunca me he considerado una persona discapacitada, puedo hacer las mismas cosas que una persona con piernas”, ha repetido una y otra vez.



El hombre flecha

Era feliz con el rugby, pero a finales de 2003, cuando tenía 17 años, sufrió una seria lesión en la rodilla y su médico le recomendó cambiar de deporte. Nunca antes había pensado en el atletismo. Pero por una razón que él aún no sabe, un buen día empezó a practicarlo. Cuando Ampie Louw, el entrenador de la Universidad de Pretoria, lo vio corriendo quedó sorprendido y desde ese momento se autoproclamó su técnico.

Lo más sorprendente es que en 2004, nueve meses después de empezar a practicar este deporte, Pistorius ganó la medalla de oro en los 200 metros y bronce en los 100 de los Juegos Paralímpicos de Atenas. Ese día, en el estadio Olímpico, Versveld, el médico que lo operó de bebé, presenció tal hazaña. Con el mismo asombro de todos los presentes, aseguró: “Nunca podré ver nada más sorprendente que esto en toda mi vida”.

Y luego, para confirmar su supremacía, Pistorius rompió los récords mundiales con registros de: 10s91 en los 100 metros, 21s58 en los 200 y 46s34 en 400. Casi en todos, un segundo por encima de los logrados por los mejores atletas de élite del mundo.
Cansado de ganar todas las competencias programadas en el calendario para los discapacitados, Pistorius el año pasado le pidió permiso a la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) para que lo dejara actuar en los Olímpicos de Beijing. Esto, motivado, tras conquistar el segundo lugar en los 400 metros de la Golden Gala de Roma, una prueba para atletas no discapacitados, con una marca de 46:90. Ese día el ganador fue el italiano Stefano Braciola, con 46:72.

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